viernes, 4 de marzo de 2011
La tristeza
Muchas veces en la vida he estado triste: porque las cosas no salieron como yo pensaba, porque mis amigos me han criticado, porque estaba enfermo, porque el dinero no me alcanzaba al final del mes, porque mis hijos no hacían lo que yo quería, por un sin fin de circunstancias que me han hecho entrar en tristeza. Yo me digo, ¿merece la pena estar triste? ¿puedo yo arreglar algo estando triste?, ni lo uno ni lo otro; yo no puedo cambiar las circunstancias que ocurren ajenas a mi voluntad, pero si puedo cambiar la forma de recibirlas. Creo que debo aceptar la vida como Dios me la vaya planteando con un talante humilde, sabiendo que las cosa son como son y que mi estado de ánimo debe ser siempre de paz interior aunque las cosas no sean como yo quisiera que fueran.Con paz interior puedo resolver las circunstancias de una forma más positiva y por lo tanto de mejor manera que entrando en tristeza.Todo en la vida tiene arreglo. Lo único que no tiene arreglo es la muerte, pero para entonces mi cuerpo no sentirá ni padecerá.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario